El proceso que inicia la Revolución de 1868 concluye con la proclamación de la República el 11 de febrero de 1873. En cuanto las Cortes proclaman que España ha de ser un país federal, estallan por todas partes gran número de insurrecciones cuyo objetivo es instaurar la Federación de "abajo arriba", a partir de la iniciativa de regiones y ciudades. En muy poco tiempo la insurrección se extiende a través de amplias zonas de Andalucía, Levante, Extremadura e incluso Castilla. Muchos de los Cantones proclamados son efímeros, pero los principales (Sevilla, Cádiz, Cartagena, Málaga y Valencia) tienen suficiente envergadura como para llamar la atención. La intervención del ejército en el doble frente andaluz (general Pavía) y levantino (general Martínez Campos) deja el movimiento cantonalista en el verano de 1873 reducido a su bastión de Cartagena.
María-Alice Medioni presenta en su trabajo una descripción detallada de los acontecimientos ocurridos en Cartagena entre el 12 de julio de 1873 y el 12 de enero de 1874, seguida de un balance sociopolítico de este característico movimiento cantonal. Frente a la interpretación histórica que considera el Cantón de Cartagena como una intentona separatista, cargando las tintas de los acontecimientos al presentar la falsa realidad de una ciudad entregada al desorden más completo en la que los ex presidiarios dictaban su ley, la autora de El Cantón de Cartagena enlaza con las corrientes rehabilitadoras de la insurrección cantonalista interpretada como movimiento republicano federalista, como intento de oposición al centralismo asfixiante de Madrid.